Uno de los malentendidos más comunes en la monitorización surge del desconocimiento sobre los diferentes tipos que existen. Lo primero que debemos aclarar es que hay dos tipos de monitorización: activa y pasiva. Pero, ¿qué significan estos términos realmente? Aquí es donde comienzan los malentendidos, ya que el significado puede variar dependiendo de la herramienta de monitorización utilizada.
Monitorización activa y pasiva en Nagios
En las herramientas de monitorización basadas en Nagios, la monitorización activa implica que es la propia herramienta la que lanza las consultas (checks) a los dispositivos o hosts para obtener un valor de respuesta. Por otro lado, la monitorización pasiva se refiere a que es el dispositivo el que, de manera periódica, envía la información directamente a la herramienta. Dicho de otra forma: en la monitorización activa, la herramienta pregunta y el dispositivo responde; mientras que en la monitorización pasiva, es el dispositivo quien informa y la herramienta escucha.
Agentes activos y pasivos en Zabbix
En herramientas como Zabbix, la monitorización depende del comportamiento del agente. El agente puede configurarse de manera activa o pasiva. Cuando el agente es pasivo, espera a que Zabbix le envíe una solicitud y luego responde. En cambio, cuando el agente es activo, es este quien consulta a Zabbix qué solicitudes tiene pendientes para el dispositivo y, posteriormente, envía la respuesta.
A pesar de las diferencias en terminología y funcionamiento, la esencia es la misma: en una opción, la herramienta realiza la consulta y recibe la respuesta, mientras que en la otra, la herramienta se limita a esperar que el dispositivo envíe la información de manera proactiva.
¿Cuál es la mejor opción?
La elección entre monitorización activa o pasiva no tiene una respuesta universal. No se trata de una opción mejor, sino de elegir la más adecuada para cada situación.
La monitorización activa, donde la herramienta realiza la consulta, es la opción más comúnmente utilizada por defecto, ya que parece la más lógica e inmediata. Sin embargo, a medida que se añaden más dispositivos a la monitorización, esta opción puede afectar negativamente el rendimiento del servidor, incrementando la necesidad de recursos de CPU y memoria.
Ventajas y desventajas de la monitorización pasiva
Para evitar la sobrecarga en el servidor, se puede optar por la monitorización pasiva, donde la herramienta simplemente recoge la información que los dispositivos le envían. Esto reduce la carga sobre el servidor y disminuye el consumo de recursos como la CPU y la memoria.
Sin embargo, la desventaja de esta opción es que la herramienta de monitorización puede no ser capaz de alertar cuando deja de recibir información de un dispositivo. Esto puede suceder debido a cortes en las comunicaciones o a problemas graves en el dispositivo que impidan el envío de datos. Además, la monitorización pasiva generalmente requiere instalar agentes en los dispositivos o programar tareas, lo cual no siempre es viable o práctico.
Escenarios especiales
En algunos escenarios, como cuando los dispositivos están aislados del resto de la infraestructura por motivos de seguridad, la herramienta de monitorización no puede acceder directamente a ellos. En estos casos, debe ser el propio dispositivo el que envíe la información de manera periódica a la herramienta, utilizando un enfoque de monitorización pasiva.
Conclusión: Evaluar la mejor opción para cada caso
Tanto la monitorización activa como la pasiva tienen sus pros y sus contras. La clave está en evaluar cada situación y determinar cuál es la opción más adecuada para las necesidades específicas de la infraestructura. Mientras que la monitorización activa ofrece mayor control directo, la pasiva puede reducir la carga del servidor, aunque con ciertas limitaciones de alerta y mantenimiento.