Implementar un sistema de monitorización en las infraestructuras TI es clave para garantizar la continuidad de un negocio, ya que no tener este sistema puede hacer que no rinda bien y que provoque problemas que afectan a las infraestructuras de la empresa y, de rebote, al cliente. Según estudios recientes, el 70% de las interrupciones de servicio podría evitarse con una correcta monitorización. Sin embargo, su implementación no está exenta de errores, y caer en ellos puede mermar el retorno de la inversión y poner en riesgo la capacidad de anticipar o reaccionar ante incidencias.
En este artículo, analizamos los errores más comunes en la implementación de sistemas de monitorización y te ofrecemos soluciones prácticas para evitarlos.
1. Monitorizar todo sin priorizar
Uno de los errores más habituales es querer monitorizar absolutamente todos los parámetros y sistemas sin una clara priorización. Esto puede provocar:
- Sobrecarga de información, con un volumen de datos difícil de gestionar.
- Incremento de costes por el uso de recursos innecesarios.
- Dificultad por identificar cuáles son las alertas críticas entre un mar de información.
¿Cómo se puede evitar?
Establece cuáles son los procesos y sistemas críticos para su organización. Realiza una auditoría para conocer bien cuáles son los sistemas que necesitan ser monitorizados, esto dependerá no del tamaño del sistema sino de su uso: son más importantes los sistemas, quizás pequeños, que afectan a la productividad de la empresa oa la satisfacción del cliente. Define KPIs claros por estos componentes y revisa su priorización de forma periódica.
Ejemplo práctico: Una empresa de comercio electrónico configura alertas para todas las métricas posibles, desde el uso de la memoria hasta la temperatura de los servidores. Esto le puede provocar miles de notificaciones diarias que acaban por colapsar al equipo técnico y hacer que pasen por alto una alerta crítica relacionada con la pasarela de pago. Una priorización adecuada evitaría el problema.
2. No establecer alertas adecuadas
Un sistema de monitorización mal configurado puede inundar a los técnicos de alertas innecesarias (falsos positivos) o, peor aún, pasar por alto problemas críticos reales. Si existen más alertas de las necesarias, los equipos pueden hacer caso omiso e ignorar notificaciones importantes.
¿Cómo se puede evitar?
Configura alertas inteligentes con umbrales realistas. Identifica qué parámetros son más relevantes para cada sistema y diseña alertas escalables. Por ejemplo:
- Una alerta "aviso" por indicadores de riesgo.
- Una alerta "crítica" cuando el problema ya puede comprometerse al sistema.
Además, utiliza sistemas de escalado de alertas para garantizar que las notificaciones lleguen a la persona adecuada en cada caso. Hablamos aquí
3. Depender sólo de la monitorización reactiva
La monitorización reactiva se limita a avisar cuando un problema ya se ha producido. Esta estrategia, si bien puede ser más sencilla de implementar, asume un riesgo elevado en términos de impacto operativo y costes derivados de interrupciones.
¿Cómo se puede evitar?
Implementa una estrategia proactiva de monitorización. Esto incluye utilizar herramientas avanzadas para:
- Identificar anomalías en tiempo real antes de que afecten al servicio.
- Prever fallos potenciales basándote en patrones históricos (gracias al uso de técnicas como el aprendizaje automático).
- Realizar mantenimiento predictivo para reducir tiempo de inactividad.
¿Quieres conocer mejor la diferencia entre monitorización proactiva y reactiva? Consulta nuestro artículo dedicado a este tema.
4. No formar el equipo técnico
Un sistema de monitorización, por adelantado que sea, no dará resultados si los equipos técnicos no saben cómo utilizarlo correctamente. Es mejor optar por un sistema de monitorización sencillo con personal formato trabajando que un software avanzado en el que el equipo no pueda trabajar por desconocimiento de la herramienta.
¿Cómo se puede evitar?
La formación en los equipos informáticos debe ser continua, tanto en los nuevos sistemas aplicados a las infraestructuras TI como en actualizaciones para conocer bien cómo gestionar estos sistemas. Esto incluye:
- Comprensión de las funcionalidades clave de las herramientas de monitoreo.
- Capacidad para configurar alertas, generar informes y analizar datos.
- Conocimiento para reaccionar de forma rápida y efectiva frente a alertas.
Documentar buenas prácticas y casos de uso específicos para la organización también puede ayudar a estandarizar la gestión del sistema.
Ejemplo práctico: Una empresa implementa una herramienta de monitorización avanzada, pero no forma a su personal técnico. Esto provoca que, ante una alerta crítica, nadie sepa cómo interpretarla, causando una interrupción de servicio prolongada. Una simple sesión de formación evitaría esta situación.
5. Olvidar la revisión periódica del sistema
Los sistemas de TI evolucionan constantemente, y lo que era crítico hace un año quizás ya no lo es hoy. Si no se realiza una revisión periódica del sistema de monitorización, es posible que:
- Se monitoricen procesos obsoletos mientras se descuidan de nuevos.
- Se mantengan umbrales o configuraciones que ya no son válidas.
- Se acumulen datos innecesarios, haciendo más difícil analizar el rendimiento.
¿Cómo se puede evitar?
Establece una rutina de revisión periódica (por ejemplo, trimestral) por:
- Revaluar las prioridades de monitorización.
- Actualizar alertas y configuraciones según necesidades actuales.
- Optimizar el uso de herramientas y recursos.
Ejemplo práctico: Una startup tecnológica pasa por alto actualizar sus umbrales de monitorización. Un día el volumen de tráfico de sus sistemas se multiplica por cuatro. El resultado es una serie de incidentes inesperados que podrían haber sido anticipados con una revisión periódica del sistema.
Conclusión
Evitar estos errores comunes puede marcar la diferencia entre un sistema de monitoreo eficaz y uno poco útil. Recuerda que un buen sistema no sólo detecta problemas, sino que ayuda a prevenirlos y mantener el rendimiento de tus sistemas en óptimas condiciones.
Con una adecuada planificación, configuraciones cuidadosas y un equipo bien preparado, tu empresa podrá aprovechar todas las ventajas de la monitorización y garantizar un funcionamiento fluido de las infraestructuras TI.
¿Estás listo para implementar un sistema de monitorización o revisar el actual? Contacta con nosotros y te ayudamos a conseguirlo.